El miércoles 14 de julio se realizo la jornada nacional de movilización del gremio bancario, en el marco de los reclamos incumplidos por las patronales.
La movilización nacional de un gremio que dice tener unos 40000 mil afiliados “movió” a solamente 1000 personas. A esto se reduce el aparato de Zanola, que se encuentra sumido en una de las crisis más profunda de su historia. En varias provincias había más micros que gente, Tucumán y Mendoza; y en Buenos Aires se movieron nada más que 300 personas.
Como se vera desde el punto de vista de la convocatoria la jornada fue un fiasco; y desde el punto de vista del desarrollo político de la jornada también. A la tan anunciada concurrencia al acto central de la cúpula de la CGT, Moyano y Viviani, vino un canillita devaluado y como siempre el diputrucho Recalde. En ese marco se pudo ver la lucha de facciones que tiene lugar al interior del gremio en el propio acto, cuando al Secretario General Palazzo le cortaron el sonido durante 30 minutos.
En ese marco Palazzo, a sabiendas de que le habían soltado la mano, en un discurso radicalizado (para un gordo de la CGT) dijo que el gremio apoyaba el reclamo del 82% móvil, y que se iba a ir a un paro por el cumplimiento de los reclamos.
Nosotros no nos engañamos, lo que hace la burocracia y sus facciones es ganar tiempo para la negociación con el interventor y la justicia. Los reclamos de los compañeros son una fachada para esto, en lo que va del “plan de lucha” no se entro a ningún Banco privado a interferir con la atención al público y mucho menos se convoco a los bancarios para luchar por las reivindicaciones.
Basta de diletancia, vayamos al paro por lo nuestro. Los compañeros de call centers están que explotan por el pase a planta y otros reclamos, en las sucursales la flexibilización laboral y las presiones de ventas no se aguantan. Pero esto significa además pedir que ingrese personal, esta es una lucha que solo los bancarios vamos a dar y no la repodrida burocracia. Vamos por el aumento del mínimo y la reapertura de paritarias. El tiempo de vida del zanolismo estará dictado por la demora del reagrupamiento de los sectores combativos.
martes, 20 de julio de 2010
viernes, 9 de julio de 2010
El zanolismo sólo maniobra
El jueves 1º de julio se desarrolló una movilización de la seccional Buenos Aires, con el objetivo de oponerse a la intervención del sindicato, por el cumplimiento del acta salarial de marzo de 2010, el pase a planta de los call centers y el aumento del mínimo no imponible. Todas justas reivindicaciones, pero que evaden la más importante: la reapertura de las paritarias para arrancar el 35% que impusieron infinidad de gremios.
La movilización fue por el microcentro y concentró al escueto aparato zanolista, unas 300 personas. Se hizo una “asamblea” en el Banco Provincia, junto con la CGI del banco, y también otra en el Nación, pero sin la participación del opositor Fontana y su CGI.
En sí, la jornada no afectó el normal funcionamiento de los bancos y tampoco lo quiso hacer. El objetivo fue abroquelar a la CGI del Provincia, que es opositora, contra la intervención; e ir al Nación para buscar a Fontana y marcar la cancha contra aquel que alienta la intervención.
Del mínimo no imponible, de los call centers y del cumplimiento del acta no estamos ni cerca. Ni hablar de la reapertura de paritarias. Los bancarios, ni enterados de este plan de “lucha”. De esta forma, la movilización nacional del 14 julio no va a tener ningún éxito. En tanto y en cuanto no apelen a la movilización de los trabajadores sólo van solucionar sus disputas internas.
Las CGI y los sectores opositores tenemos que hacernos presente en la jornada nacional del 14 de julio. Tenemos que movilizar a los compañeros, al activismo y marcar el camino para la conquista de los incumplimientos patronales, la reapertura de paritarias para reajustar los salarios al 35% y la eliminación de la cuarta categoría de ganancias. Vamos por los call centers, vamos por todo lo nuestro.
La movilización fue por el microcentro y concentró al escueto aparato zanolista, unas 300 personas. Se hizo una “asamblea” en el Banco Provincia, junto con la CGI del banco, y también otra en el Nación, pero sin la participación del opositor Fontana y su CGI.
En sí, la jornada no afectó el normal funcionamiento de los bancos y tampoco lo quiso hacer. El objetivo fue abroquelar a la CGI del Provincia, que es opositora, contra la intervención; e ir al Nación para buscar a Fontana y marcar la cancha contra aquel que alienta la intervención.
Del mínimo no imponible, de los call centers y del cumplimiento del acta no estamos ni cerca. Ni hablar de la reapertura de paritarias. Los bancarios, ni enterados de este plan de “lucha”. De esta forma, la movilización nacional del 14 julio no va a tener ningún éxito. En tanto y en cuanto no apelen a la movilización de los trabajadores sólo van solucionar sus disputas internas.
Las CGI y los sectores opositores tenemos que hacernos presente en la jornada nacional del 14 de julio. Tenemos que movilizar a los compañeros, al activismo y marcar el camino para la conquista de los incumplimientos patronales, la reapertura de paritarias para reajustar los salarios al 35% y la eliminación de la cuarta categoría de ganancias. Vamos por los call centers, vamos por todo lo nuestro.
domingo, 4 de julio de 2010
La Bancaria para los bancarios
La Justicia del Trabajo intervino la Asociación Bancaria. El fallo tiene por objetivo la limpieza de los padrones truchos ante las denuncias realizadas. Esto invalidaría la elección nacional de 2009.
El fallo llegó como un terremoto a Tanti, Córdoba, donde se estaba realizando el Congreso Nacional Bancario. El Congreso se suspendió y el conjunto de los congresales volvieron a Buenos Aires a “defender el sindicato” de la intervención. El congreso únicamente nombró a su mesa nacional y a su secretario general (Palazzo, un radical mendocino).
Vueltos a la capital, en el plenario de delegados de la seccional, se corrió la voz de que “nadie está dispuesto a defender a la Bancaria”, “la están entregando con moño y todo”. Los reproches empezaron a tener ribetes políticos y a mezclarse así con la interna de peronistas y radicales que conviven hace años en el sindicato.
La intervención es la última de las etapas de la descomposición zanolista: se da cuando Zanola está preso y la obra social también intervenida. Además, no hay que perder de vista que en las elecciones de comisiones internas que se dieron hasta ahora, el zanolismo perdió todas. ¡Y qué derrotas! Perdió en el Nación, el Provincia, el Ciudad y el Central.
Pero lo más importante son los bancarios. Nosotros venimos sufriendo esta descomposición en carne propia. No tenemos obra social y los dirigentes sindicales juegan abiertamente para la patronal. Los convenios firmados son incumplidos, los despidos siguen corriendo, la flexibilidad y la polifunción son una marca registrada; el colapso de compañeros por enfermedades laborales se está incrementado agudamente. El aumento firmado en los albores de las paritarias fue, a la sazón, el más bajo del movimiento obrero.
La intervención es ajena por completo a los trabajadores, pero la prodrida burocracia zaonlista también. Ante los grandes problemas de los bancarios (la flexibilidad laboral, los despidos, la reapertura de las paritarias) ni la intervención ni la burocracia zanolista presentan salida. Para normalizar la bancaria hay que iniciar un proceso de recuperación por sus bases: que se convoque una asamblea general y una comisión electa depure padrones y convoque a elecciones, que otra comisión electa inicie una investigación de los trabajadores sobre los negociados y chanchuyos. Los trabajadores y las gremiales tenemos que salir a pelear por lo nuestro: reapertura de paritarias para llegar a un 35% y la baja del mínimo no imponible ya.
El fallo llegó como un terremoto a Tanti, Córdoba, donde se estaba realizando el Congreso Nacional Bancario. El Congreso se suspendió y el conjunto de los congresales volvieron a Buenos Aires a “defender el sindicato” de la intervención. El congreso únicamente nombró a su mesa nacional y a su secretario general (Palazzo, un radical mendocino).
Vueltos a la capital, en el plenario de delegados de la seccional, se corrió la voz de que “nadie está dispuesto a defender a la Bancaria”, “la están entregando con moño y todo”. Los reproches empezaron a tener ribetes políticos y a mezclarse así con la interna de peronistas y radicales que conviven hace años en el sindicato.
La intervención es la última de las etapas de la descomposición zanolista: se da cuando Zanola está preso y la obra social también intervenida. Además, no hay que perder de vista que en las elecciones de comisiones internas que se dieron hasta ahora, el zanolismo perdió todas. ¡Y qué derrotas! Perdió en el Nación, el Provincia, el Ciudad y el Central.
Pero lo más importante son los bancarios. Nosotros venimos sufriendo esta descomposición en carne propia. No tenemos obra social y los dirigentes sindicales juegan abiertamente para la patronal. Los convenios firmados son incumplidos, los despidos siguen corriendo, la flexibilidad y la polifunción son una marca registrada; el colapso de compañeros por enfermedades laborales se está incrementado agudamente. El aumento firmado en los albores de las paritarias fue, a la sazón, el más bajo del movimiento obrero.
La intervención es ajena por completo a los trabajadores, pero la prodrida burocracia zaonlista también. Ante los grandes problemas de los bancarios (la flexibilidad laboral, los despidos, la reapertura de las paritarias) ni la intervención ni la burocracia zanolista presentan salida. Para normalizar la bancaria hay que iniciar un proceso de recuperación por sus bases: que se convoque una asamblea general y una comisión electa depure padrones y convoque a elecciones, que otra comisión electa inicie una investigación de los trabajadores sobre los negociados y chanchuyos. Los trabajadores y las gremiales tenemos que salir a pelear por lo nuestro: reapertura de paritarias para llegar a un 35% y la baja del mínimo no imponible ya.
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